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El interés de todos | Denise Maerker

Lo que debería ser la playa del pueblo está ocupado por cinco o seis casas construidas en terrenos que todos en el pueblo recuerdan como dunas de arena recubiertas de plantitas. Llegó un gringo, le quitó las plantitas y vendió los terrenos. Hace tiempo que el mar se llevó la arena y los compradores han ido construyendo muretes de piedra para defender sus casas y terrenos de lo que parece cuestión de tiempo: que se los coma el mar.

eluniversalmas.com.mx | Leer nota completa